Buenos Aires 5/11/16
Un llamado al 107 por una descompensación psiquiatrica se convirtió en testigo de numerosas irregularidades e incluso violaciones desvergonzadas de los derechos humanos en el HOSPITAL RIVADAVIA (Las Heras y Pereyra, barrio de Recoleta).
El paciente al ingresar por emergencias, fue dejado allí por el servicio de ambulancias del municipio (SAME) pero una vez en la camilla el médico psiquiatra no llegó a verificar el estado del enfermo no hasta despues de entre una y una hora y media de espera. La pareja del paciente solicitó en mas de oportunidad la presencia del especialista pero le contestaron que solo había uno atendiendo a una decena de otros pacientes, algunos criticos. Finalmente le dieron el "alta" con una provisión de un psicofármaco sin siquiera verificar la historia clinica del paciente resumida en el certificado médico extendido por su profesional tratante. El paciente llegó a conseguir una leve mejoría por el lento paseo del conductor de la ambulancia desde las calles de Medrano y Cordoba hasta dicho hospital en Av. Gral. Las Heras al 2850, mas que por la atencion deficiente del hospital local.
La descompensación del jóven se dio en el contexto de haber realizado una denuncia por violencia familiar en el que reclama que su ex pareja mantiene en una probable situacion de sometimiento al hijo de ambos quien ademas presentaría una discapacidad. El hecho de habersele informado en la OVD (Oficina de Violencia Domestica) de la ciudad de Buenos Aires sobre que existe mucha parcialidad en cuanto quien sufre hechos de violencia o maltrato son hombres y la posible desestimación de la misma hicieron que en horas de la madrugada surgieran síntomas asocidos a su patologia.
Pero la indignación no acabó ahí, al retirarse el psiquiatra de ese turno nocturno no estaba dispuesto siquira a realizar el registro del ingreso y la atención si no era a pedido del paciente.
Y aun mas grave fue cuando, al dirigirse a la parada de colectivos una señora junto a su hijo accidentado por un motociclista esperaba que el servicio publico de taxis de la ciudad la acercara pagando la correspondiente tarifa a su lugar de residencia. 10 de 10 conductores de taxi se negaron a propocionarle el servicio y finalmente debió montar su "acampe" en la vereda, junto a sus hijos todos menores de edad.
La absurda situación siguió empeorando cuando el paciente protagonista de esta noticia se solidarizó con esta familia y realizó un llamado al servicio social de la Ciudad, el 108. Allí la operadora dijo "este numero es para atender a personas en situacion de calle, no es un servicio de taxi", a lo cual E. le responde "Pero hay un menor durmiendo en la via publica como puede permitir esto?". La comunicación finalizó con negativa por parte de este servicio.
Es preciso destacar que a partir de las 0:00 el servicio de colectivos se encuentra reducido en frecuencias e incluso, a veces discontinuado teniendo en cuenta la falta de control por parte del organismo pertinente CNRT.
 |
| El hospital Rivadavia. Buenos Aires Ciudad. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario